Cuando Jesús tenía doce años, ya debatía en medio de los doctores de la ley.
BASÍLICA DEL VATICANO
La sangre de los mártires es semilla de la cristiandad; rendida por las amenazas falaces a una muerte cruel y a los castigos divinos. Si los muros de esta mole poderosa hablaran, la humanidad temblaría.