RENACER

Despierto en las mañanas con la inercia de un beso
y un abrazo como antes, por seguir la costumbre,
pero el cofre de mi amor rezuma herrumbre
y el calor que nos unió hoy está avieso.
Una helada brisa nuestro lecho ha cubierto,
mas mi esperanza aún no está perdida;
tendamos nuestras alas al ardor del desierto
e intentemos de nuevo levantar otra huida.
Entrelacemos piernas, brazos y lamentos,
barnizados con sueños del cambio deseado,
seguemos las distancias, soldemos pensamientos.
Removamos el fondo de ese baúl sagrado
donde guardamos juntos los nobles sentimientos
y renazcamos nuevos del difunto pasado.