Quinta Entrega

SIGUIENDO LOS PASOS DE JESÚS DESPUES DEL SACRIFICIO.

A.- ANÁLISIS DE LA SABIDURÍA ORIENTAL EN OCCIDENTE

Hacia el año 7 a.n.e hubo una conjunción de los planetas Saturno y Júpiter en Piscis, constelación del pez y símbolo de los primeros cristianos. Los dos planetas aparecen juntos de noche, como una sola estrella, con un brillo jamás visto, fue la estrella que guió a los reyes magos de oriente? Su movimiento es de E a O, el mismo recorrido que hicieron los magos cuando se repitió el fenómeno, más o menos cuando nació Jesús. Otros estudios astronómicos revelan que Júpiter había aparecido en el último mes del año 304 en la era de los Seleucidas y en la primavera del año 305 o el 306 comienza el año nuevo judío.

Cuando los magos llegaron a Jerusalén, Júpiter se encontraba en el 2º año de su conjunción con Saturno y Jesús, nacido probablemente en el año 7 a.n.e., tenía por entonces casi dos años. Este suceso indujo a Herodes para mandar matar a todos los niños menores de dos años, pero qué les promovió a los tres sabios para realizar tan largo viaje de casi dos años? De donde venían y porqué buscaban a un pequeño muchacho en un país tan lejano? Lo que se sabe de estos magos es más bien poco, desde Orígenes se estableció que eran tres, que vinieron del este tras un largo viaje, que dominaban la magia, que conocían en alto grado la ciencia de la astrología y que en absoluto eran pobres. A resultas de todo ello una pregunta planea en el aire: Había alguna conexión entre las sectas secretas de Qumran, junto al Mar Muerto, con las tribus perdidas de la casa de Israel? Se especula que los sabios venían de la India, quizás del Tíbet, y que buscaban la reencarnación de altos dignatarios budistas porque, según su doctrina, los niños reencarnados suelen recordar objetos y personas que conocieron en su vida anterior; las referencias bíblicas de los tres reyes magos solo están en Mt.2.7 y13.

Cosa extraña, que un hecho tan relevante como la adoración a un niño recién nacido por tres reyes, venidos de tan lejos, no tuviese una relevancia mayor en la cultura popular de la época y en los evangelios; pero no le interesaba a la I.R., porque la relación de Jesús con el budismo que encarnaban los magos, hubiese desarticulado los proyectos de la que terminó siendo la doctrina cristiana. Todos estos análisis guardan estrecha relación con Jesús, ya que es posible que en su niñez en Egipto fuese iniciado en los dogmas de la filosofía oriental por sabios budistas de Alejandría; esta enseñanza doctrinal avanzada explicaría que asombrara a los sacerdotes del templo de Jerusalén a sus doce años. Como a esa edad ya podía casarse, según la ley judía, él eludió este derecho y huyó hasta la patria de sus padres espirituales, la India. Diez años después de la muerte del odiado usurpador y criminal Herodes, fallecido poco antes de la pascua judía en el año 4 a.n.e., Jesús regresó sin peligro a la tierra que le vio nacer, quizás a Gamala, donde vivían sus padres, pero desde luego no a Nazaret como dicen los evangelios, porque esta ciudad no existía entonces; fue fundada en el siglo VIII para complacer a los peregrinos que la buscaban por sus referencias bíblicas.

El renombre de Nazareno, también Zelote, lo heredó de su padre, Judas de Gamala, pero en absoluto por la ciudad de Nazaret que no existía aún. Hay referencias escritas de que se negaba a acatar servilmente las reglas establecidas y prefería, como Buda, la correcta acción en el momento oportuno.

En el transcurso de los siglos se había ampliado la gran distancia física entre los padres espirituales adscritos a la filosofía budista y sus hermanos que habían quedado en Israel, por ello se le puede considerar como un reformador, enviado para restablecer la unidad de la fe entre las ovejas descarriadas, apoyarlas y fortificarlas espiritual y emocionalmente en su lucha contra los ocupantes romanos, los saduceos, fariseos y judíos ortodoxos fanáticos. Fue considerado por el pueblo judío como el enviado al que se espera, casi con desesperación, en una situación confusa.

En la búsqueda de la anhelada realidad histórica de Jesús, presento los conceptos que he recabado; algunos contradictorios entre si y unos más creíbles que otros, pero aún así y con veinte siglos de por medio, cualquier especulación puede ser cierta. Por ello que cada uno crea lo que más se ajuste a sus criterios.  

Hay detalles que marcan la diferencia entre esenios y nazarenos: ellos usaban agua pura para santificar y Jesús lo hacía con oleo, como las enseñanzas budistas. Los genios del hombre hallados en Qumran son “la luz y la verdad”, en el budismo son “saber e ignorancia”. Se especula que Jesús pudiera haber sido el hijo de un esenio y habría sido entregado a la alianza, práctica común entre los esenios; dícese devoto según el idioma sirio y curador según el arameo. Son muy similares las prácticas de acogimiento de los aspirantes a monjes tanto entre los esenios como entre los lamistas; los unos y los otros tienen prohibido matar animales, lo cual contradice las palabras de Jehová en Gn.1.28-30.

Cuando Herodes residía en su palacio de Jericó, expulsó del monasterio de Qumran a todas las sectas esenias y solo a su muerte regresaron al monasterio, pero antes o después debió sufrir un incendio porque lo cubría una espesa capa de cenizas. Mas detalles de su memoria histórica nos dicen que no rezaban en dirección al templo de Jerusalén sino hacia oriente “salida del sol”, que lo entendían como el símbolo de la divinidad misma; rezaban una oración al alba y otra al ocaso, se oponían al egoísmo religioso y a que una institución pretendiera tener el monopolio de las bienaventuranzas. A Jesús le llamaban “el ungido” por la untura del aceite, que le distinguía de los esenios, empleándolo para conjurar demonios y protegerse de ellos; además curaba y ahuyentaba las enfermedades del alma y del cuerpo. La tradición de ungir proviene de la India y se practicaba con una raya blanca vertical u horizontal y a veces una cruz entre los ascetas, con una mezcla de aceite y ceniza sagrada: teosofía y antroposofía. Los esenios creían en la predestinación o Karma; vivían con la conciencia del tiempo final y esperaban el reino de Dios en un futuro cercano. Había una diferencia importante entre la doctrina practicada por los esenios, que no era la Tora ni la ley judía, respecto a las enseñanzas del Maestro; aquellos tenían el ojo por ojo y Jesús se significaba por su tolerancia y amor al prójimo.

Jesús en su condición de ungido introduce nuevos elementos en la doctrina esenia; el ungüento era apreciado como rito de salvación y más importante que el bautismo, se practicaba en la cabeza y la frente, a veces en forma de cruz, tradición que provenía de la India, donde aun la practican los ascetas, marcan su frente con una raya blanca vertical u horizontal para distinguirse de los demás. La tentativa de describir al Jesús histórico es una utopía, en primer lugar porque la I.R. destruyó u ocultó la mayoría de testimonios que hubiesen servido para reconstruir sus enseñanzas, pero a causa de sus muchos enemigos, a los que había de eludir, tampoco pudieron salir a la luz sus revelaciones, ya que debía ser precavido, por lo cual vivía en secreto. Con este temor se fomentó alrededor de su persona un halo enigmático, por ello el conocimiento de su personalidad escolástica no pudo llegarnos de investigaciones serias, basadas en escritos históricos fiables, sino de análisis de hechos supra históricos y deducciones estimativas. Los discípulos, que deberían haber transmitido total y absolutamente todos sus sentimientos, principios y fundamentos, no tuvieron claro quién era su Maestro, esperaban que tuviera poder terreno y cuando vieron que su mensaje era espiritual se quedaron desconcertados; así rezan las frases siguientes: Él anhelaba que nadie lo reconociese. Por qué sois tan cobardes? Qué discutís? Por qué no tenéis pan? No razonáis ni entendéis? Aun tenéis curtido vuestro corazón? Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? Cómo aún no entendéis? Oh generación infiel! Hasta cuando estaré con vosotros? Hasta cuando os tengo que sufrir? Esta última pregunta se podría interpretar como un deseo de volver a la India lo antes posible y que su estancia en Palestina tuviera un plazo limitado. El recibimiento entusiasta del pueblo palestino es sinónimo de que su gente hacía mucho tiempo que no lo veía, o sea que desde los 12 hasta los 29 años había estado ausente de su tierra; o sea que los relatos de que trabajaba en el taller con su padre no eran ciertos. Regresó con nuevas enseñanzas, ignoradas entre los judíos; con prácticas esotéricas de hacer milagros y de curar enfermos. Por ello sus discípulos dudaban de quién era.

Con su fe en la reencarnación, Jesús da claras muestras de vinculación con la doctrina de Buda y de haber estado en La India y China, donde hay una tendencia natural a pensar que somos la regeneración de vidas anteriores y así fue aceptado en las primeras comunidades cristianas, hasta que en el concilio de Constantinopla, año 553, se declara como una heterodoxia y lo destierran de la doctrina romana, ya que con la reencarnación se derribaba uno de los pilares principales de esa doctrina. En el A.T. se creía que el alma renacería en otro cuerpo, transmigraría: libros de Jonás y Malaquías 4.5.; también está admitida en la teoría conceptual del Karma, según la cual las acciones de una vida anterior tienen efectos positivos en la existencia siguiente. Yo dudo que Dios haya concebido la vida humana basada en tan gran injusticia de que cualquiera nazca con los estigmas de vidas anteriores y en desigualdad de condiciones respecto de los demás, al conocer detalles de esas vidas que los otros desconocen. A pesar de la influencia en Jesús de las doctrinas orientales no creo que creyese en la reencarnación, por lo que la interpretación de sus palabras a Nicodemo debe ser diferente de la pura literalidad: De cierto de cierto te digo que el que no naciere del agua y del espíritu no puede entrar en el reino de Dios y no te asombres de lo que te dije: os es necesario nacer otra vez.

Dándole una pincelada más, yo me quedo con los siguientes postulados filosóficos: El ser humano es una expresión de la unidad divina particular, infinita e intemporal, que trasciende al tiempo y se materializa en plazos cíclicos y en distintas formas de existencia. El alma, como capsula del espíritu divino, en esencia eterna e inmutable, en su constante ir y venir, en el caso de reencarnarse, estaría sujeta a una sucesión de causas y efectos para poder volver al estado divino a través de su purificación; logrando con ello moldear el carácter material de su existencia, hasta vencer el dolor específico del cuerpo y llegar a la perfección; un estado en el que se funden el ser interior, alma o espíritu divino, con el cuerpo o unidad exterior. Esta teoría del proceso regenerativo en busca de la perfección humana, en lo físico me parece que es una disolución filosófica de la unidad indivisible del alma y el cuerpo de cada vida. Creo que Dios lo hizo todo de una forma sencilla y bajo una lógica natural, sin necesidad de derivar unas vidas en otras. Recelo que El nos crease con la idea de que alcanzásemos la perfección en una vida ni en mil. De haber sido así seriamos perfectos, después de millones de años de existencia, pero somos todo lo contrario, cada vez peores; por ello me atrevo a calificar la reencarnación como una utopía y me van a permitir: sabios, teólogos y filósofos petulantes, que me ría de sus teorías. Persuadan a la humanidad de que se revele ante las imposiciones dogmáticas y los engaños y no presuman de adivinar lo imposible: la sabiduría divina.

La teología cristiana define el milagro como la rescisión por Dios de las leyes de la naturaleza; esto podría entenderse como definición técnica, pero quisiera profundizar en el hecho milagroso por el cual, un ser humano altera o corrige la cualidad o condición de otro, merced a la posesión excepcional de aquel para penetrar en la carencia de este. Aquel es dotado por el Padre, en un momento y lugar, de capacidad especial y particular para subsanar ciertas alteraciones del normal desarrollo humano de otros. Deberían convencerse los sabios, de que la sabiduría del Padre, creador de tanta perfección de vidas animales y vegetales integradas en el universo, es misteriosa; intentar preverla o detallarla es perder el tiempo y hacer el ridículo. Respetemos Su omnipotencia y no intentemos descubrir lo que está muy lejos de nuestra capacidad de entendimiento. Sabemos que todo lo que ocurre en nuestro universo se ajusta a leyes físicas y tiene su explicación, pero os digo conscientemente, que ni el más sabio de los sabios se podrá acercar jamás a ese misterio, ni descubrir lo que está al otro lado de la frontera del entendimiento humano, establecida desde los orígenes de la vida.

 

B.- INVESTIGACIONES RELATIVAS AL SACRIFICIO DE JESÚS.

Analicemos un poco más el capítulo de la muerte de Jesús y su resurrección, que hasta hace pocos años era un auto de fe; valorando los descubrimientos obtenidos gracias a la evolución tecnológica que nos han facilitado los avances técnicos precisos, para reconstruir los incidentes del martirio, hasta en sus menores detalles, a través de los análisis del “Santo Sudario” y  recordemos los pasajes atribuidos a los evangelistas: Luc. 23.53 y Mar.15.42-46, que vienen a confirmar la urgente intervención de José de Arimatea para descolgarlo del madero y llevarlo al sepulcro, bajo la sospecha de que no hubiera muerto. Con el auxilio de los esenios, especialistas en curaciones, lograran obrar el prodigio.

 Las características principales que han revelado las circunstancias vividas por Jesús en el madero quedaron grabadas en el sudario de Turín; un lienzo de lino de 4,36m de largo y 1,10m de ancho que muestra con pasmosa nitidez la estampa de un cuerpo masculino, en la mitad del largo la parte delantera y en la otra mitad la trasera. Al ser echado por encima del cuerpo se quedaron marcadas todas las heridas de la cabeza, la cara, las manos, piernas y pies, pecho y espalda, que establecen sin lugar a duda pertenecer a Jesús o a alguien que sufriera un sacrificio similar. La claridad de las manchas de sangre confirmadas mediante modernas técnicas instrumentales electrónicas y con análisis digitales precisos, confirman que de aquel cuerpo continuó manando sangre después de ser apeado del madero, sangre que impregnó el lino del sudario, siendo esta la prueba precisa de que en ese momento el cuerpo estaba vivo y su corazón latía.

La historia y recorrido del lienzo es amplia y detallada, sembrada de noticias falsas y de otras reales, como las marcas producidas por quemaduras en el incendio del castillo de Chambery en Francia, a pesar de estar guardado en un cofre de plata y doblado en 48 pliegues; esto ocurría el año 1532. El primer custodio del Sudario fue un criado del sumo sacerdote Caifás, a quien Jesús se lo entregó en agradecimiento por la atención recibida en el martirio; según se describe en el evangelio apócrifo de los hebreos de uso corriente entre los esenios nazareos, lo cual me da cierta confianza. Hay otras versiones que apuntan a que fue Longinos, centurión de Pilatos, el de la santa lanzada que no le mató, quien recibió el lienzo.

En los primeros tiempos, el sudario se conoció como el retrato de Edesa y después en el siglo VI como el Mandylion. En el año 525, debido a las reformas en los muros de la ciudad de Edesa, que había sufrido una catástrofe por inundaciones, año 202, fue hallado en un nicho herméticamente sellado y encima de la puerta del acceso oeste de esta ciudad. Consta que fue identificado como el retrato original que posiblemente Adda/Thaddaus, discípulo de Jesús, lleva al rey de Edesa Adgar V. Ukkama el negro, que reinó del año 9 al 46 d.c.; después de hallarlo en el muro fue depositado en la catedral Hagia Sophia, dentro del referido cofre de plata. A partir de aquí el “Mandylión” fue expuesto a los fieles en raras ocasiones como algo sagrado y muy valioso.

En la conquista de la ciudad de Edesa el 943, por el ejército bizantino, ponen como condición para levantar el sitio y devolver a 200 prisioneros, la entrega del lienzo, demanda que sus habitantes aceptan, ahorrando vidas y recibiendo garantía de inmunidad otorgada por el Emperador, además de doce mil piezas de plata a cambio. El emperador romano habría confiado a Abramio, obispo de Somosata, la misión de llevar el lienzo a Constantinopla y entregárselo en mano. Después de dos intentos de los edesios de colarle una copia al obispo entregaron el original. Testigo de la exposición del lienzo en la iglesia de la Santa María de Blanchernai en Constantinopla es el cruzado francés Robert de Clarí.

En el saqueo de Constantinopla por los cruzados desaparece el lienzo y reaparece 150 años más tarde en Francia, en poder de la familia de Charny, siendo aquí donde se expone por primera vez en occidente. Aparece y desaparece en varias ocasiones cuando estaba en poder de los templarios y termina siendo propiedad de un tal Geoffroy de Charny. En 1502 depositan la mortaja en la capilla del castillo de Chambery y allí resistió al incendio. Margarita de Charny fue la última portadora de la reliquia y quien la legó al duque Ludovico de Saboya por 50 francos de oro. En 1578 trasladaron el lienzo a Turín, su último destino.

Tras minuciosos análisis y fotografías se ha confirmado que este lienzo es el auténtico sudario de Jesús, el que envolvió su cuerpo, aún vivo, cuando le bajaron del madero. La comisión científica especial en la que intervinieron técnicos de la Nasa así lo ha certificado. La impresión en la sabana de los rasgos corporales, se debió a la exhalación de amoniaco liberado por el cuerpo, en el proceso de ebullición del azufre febril que contiene ácido úrico. La solución de aloe y mirra (Jn.19.39) con la que fue envuelto el cuerpo, la absorbió el lienzo y reaccionó, produciéndose carbonato amónico al entrar en contacto con los vapores que, como consecuencia de generarse en la atmósfera húmeda existente entre la tela y el cuerpo, tiñeron de oscuro las hebras del lienzo en proporción directa al contacto y proximidad con la piel. Esos análisis y fotografías facilitaron los siguientes datos:

1º.- El cuerpo que se muestra está desnudo y cubierto solo con el lienzo.

2º.- Representa a un hombre crucificado que estuvo clavado a un madero.

3º.- El peinado y tipo de barba solo era común en Palestina y particularmente en los nazarenos de la comunidad esenia.

 4º.- Son reconocibles las huellas que dejaron en el rostro los golpes que le propinaron los soldados, como el hinchazón debajo del ojo derecho y lesiones en la cara.

5º.- Pequeñas marcas en forma de palanquetas repartidas por toda la parte posterior del cuerpo que avanzaban hacia delante. En total contaron noventa huellas de azotes en la flagelación, con un látigo o flagrum romano de tres correas de cuero, rematadas en el extremo con bolas de plomo o de hueso.

6º.- La heridas de flagelación en los hombros se observan agravadas por una carga pesada, la del travesaño del madero.

7º.- Manchas de sangre en la frente y en la parte posterior de la cabeza, propias de haber llevado clavada una corona de espinas o más bien una especie de cofia que cubría toda la cabeza.

8º.- Regueros de sangre en las manos y los pies. De los análisis en los brazos y las manos se deduce que estaban extendidas en un ángulo de 55 a 65 grados respecto a la vertical, y al contrario de lo supuesto hasta estas investigaciones no fueron las manos las que perforaron sino las muñecas las atravesadas por los clavos.

9º.- Se observa claramente una herida de 4,5 cm. de larga en el costado derecho, entre las costillas 5 y 6, de la que se aprecia que manó bastante sangre. Los analistas entendieron que esa herida no era profunda sino más bien un rasguño para verificar que el crucificado no reaccionaba ante el dolor. De haber querido darle a Jesús el golpe de gracia, el soldado romano habría clavado el venablo en el lado izquierdo, en el corazón.

10.- No se han observado huellas significativas de heridas en muslos y piernas, lo cual demuestra que no fueron quebradas, razón principal para que no llegase a morir.

Creo que es muy importante resumir los detalles y circunstancias de la crucifixión para confirmar que fue desclavado de la cruz con vida.

a.- Jesús era consciente de que debía resistir indolente un profundo sufrimiento durante tres o cuatro horas, con la esperanza puesta en que José de Arimatea influyera ante Pilatos para que lo desclavasen antes de la hora sesta, en el anochecer de aquel viernes, respetando con ello la doctrina judía que prohíbe la ejecución en sábado. Previamente Pilatos habría dispuesto que la sentencia se ejecutase el viernes al atardecer para que se cumpliesen esos objetivos. Estaba todo planificado.

b.- La capacidad de resistencia de Jesús habría crecido al saber de la presencia en el monte de los mejores especialistas médicos de la secta esenia, muy profesional y avanzada en esas técnicas de salvación y curas humanas.

c.- Todos los que participaron de su sacrificio tenían una decidida predisposición a salvarlo, prueba de ello fue la lanzada en el costado de poca hondura, más bien un rasguño para que con su indolencia, a pesar del reguero de sangre, se le imaginase muerto.

d.- La esponja empapada en vinagre que le acercaron a la boca, en realidad contenía una mezcla de vinagre, incienso y mirra, costumbre de los judíos para amortiguar los dolores de los condenados a muerte, ya que ese brebaje producía un efecto narcótico.

En el Talmud judío figura un comentario que dice: y a aquel que salía para ser ajusticiado se le daba un pedacito de incienso y una taza de vino para quitarle la conciencia. Los esenios en su condición de sanadores y terapeutas estaban muy bien entrenados para poder salvar a Jesús y hay muchas dudas de que esperasen a que pasara el sábado para empezar con la curación; lo más lógico es pensar que aprovechando que los guardias dormían por efecto de la fatiga natural o de haber sido anestesiados, sin descartar el hecho de que pudiesen haber sido sobornados, aprovecharon la oscuridad de la noche para sacarlo y llevarlo con urgencia a un lugar secreto y seguro, donde curarle con las máximas garantías. Desde la antigüedad hubo muchas dudas de que Jesús estuviese clínicamente muerto cuando lo bajaron de la cruz, planteándose con frecuencia que su estado era de muerte aparente y no real; pero hasta hace unos años fue tan imposible de demostrar como lo es la teoría de la resurrección de los muertos. En el caso de que hubiese muerto en la cruz, adonde fue llevado desde el sepulcro?, porque la utopía de la resurrección y ascensión al cielo no es creíble.

Saulo abrió el camino que transitó la Iglesia Romana utilizando la supuesta muerte de Jesús en la cruz para justificar su doctrina pagana de la expiación, según la cual, a través del martirio y derramamiento de la sangre de la víctima se lograba la redención de toda la humanidad, que es lo que se supone habría asumido Jesús por propia voluntad. Los evangelios rebaten esta afirmación al mencionar en varios relatos el temor a la muerte revelado por Jesús en el Huerto de los Olivos, cuando se acercaba la hora final y después en la cruz. Si hubiera estado dispuesto a afrontar la muerte lo habría hecho con entereza y sin reproches y el fuerte grito de despedida, traducido falazmente por ¡Dios mío, porqué me has abandonado! con el que se creía habría expirado, es obvio que habría sido imposible de darlo en un estado de agotamiento extremo o sea en trance de muerte y a punto de ahogarse, que fue el dictamen médico general de la causa de su muerte: por asfixia.

Además de las manchas con huellas nítidas de sangre, localizadas en el lienzo, extendidas de forma plana y lisa por delante y por detrás del cuerpo, tenemos que advertir los siguientes factores que, según la ley judía, aumentan las dudas de que Jesús estuviese muerto: El cadáver debería haber sido lavado con agua caliente; después debería haber sido ungido y embalsamado; después le habrían taponado todos los orificios provocados en el sacrificio y por último debería haber sido vestido. Que no se ampare la doctrina romana en que el sábado estaba prohibido manipular sobre un cadáver, porque no es cierto, ya que según el Mishna-Traktat Schabbat en su capítulo XXIII.5 se dice: Está permitido hacer para un muerto todo lo necesario, incluso en un día sábado.

Creo que con los factores anotados son suficientes para tener fundadas sospechas de que Jesús no murió en la cruz y además lo ratifican los manuscritos y memorias que existen en los templos tibetanos y en la tradición popular de aquellas regiones. Por ello, no considero necesario alargar más esta disertación con argumentos en pros y en contra de la dogmatizante muerte, resurrección y ascensión a los cielos del Maestro; pero como resumen del convencimiento de que Jesús no murió clavado al madero, solo añadiré un dato contrastado por las investigaciones obtenidas en diferentes medios: existían en total veintiocho heridas que sangraban después de haber sido apeado de la cruz, lo cual demuestra fehacientemente que no pudo, bajo ninguna circunstancia, estar muerto cuando su cuerpo fue dejado en el sepulcro.

Detalles importantes que confirman la buena disposición de los soldados romanos para evitar que Jesús muriese en la cruz y la existencia de una clara conexión entre ellos: En las apócrifas actas de Pilatos se le denomina Longinus al centurión que suministró a Jesús la pócima milagrosa y luego le provocó la pequeña incisión en el costado derecho, muy lejos del corazón; él era el capitán que supervisó la crucifixión por orden de Pilatos, un partidario de la Nueva Alianza y quien recibió el valioso sudario en recompensa, llegando a ser santificado por la I.R. como San Longino y su santa lanza, según una versión certificada del obispo de Capadocia, Gregorio de Niza. Al descubrirse que todos los sucesos relacionados con la crucifixión se desarrollaron bajo la protección de este iniciado y bien intencionado jefe de los soldados romanos, nos garantizan que los hechos se vuelvan explicables de manera lógica, comprensible y en nada misteriosos. A partir de aquí ya no deben ni pueden ser desechados como un producto de la fantasía.

Insisto en puntualizar como hecho positivo y confirmador de que Jesús no murió en la cruz, la decidida participación, la tutela en su descenso y posteriores horas críticas para salvarle la vida, del influyente comerciante José de Arimatea, en desagravio a la imposibilidad de salvársela en aquella votación histórica del Sanedrín, en el que era miembro y regidor del consejo supremo, donde se impuso por mayoría la condena. José pudo gobernar aquella situación crítica gracias a su poder económico, a sus  influencias y a la amistad personal con Pilatos; también tuvo la ayuda, en aquel proceso, del regidor judío y escriba fariseo Nicodemo, contrario como José a la condena y confidente suyo. Él fue quien se encargó de conseguir los ingredientes de aquel brebaje narcótico, que empapando una esponja clavada en una caña le dieron a beber cuando exclamó que tenía sed. Resulta fascinante que los dos regidores que se opusieron a la condena, fuesen los que se ocuparan, tan solícitos, del cuerpo casi muerto del Maestro; tarea que le corresponde a los familiares más cercanos al difunto.

También es muy significativa la ausencia de sus discípulos, ya que ninguno testificó sobre la crucifixión, aunque Pedro reconoció que estaban escondidos porque les buscaban como malhechores y promotores de posibles revanchas, temiendo que quemaran el templo; pero quién lo temía?, por supuesto el sumo sacerdote, no los romanos. En cualquier caso ningún simpatizante de Jesús habría logrado nada, ya que en aquel trance de muerte se necesitaba a los que estaban: los dos regidores, que habían sido miembros legos de la orden de los esenios, con los profesionales médicos y sanadores de esa orden, conocedores de remedios milagrosos y métodos de curación, que con José, Nicodemo y quizás Pilatos, eran los únicos que estaban enterados del plan de salvación a seguir.

En cuanto al tiempo transcurrido entre su crucifixión y la aparición clandestina ante los discípulos, mantienen la cifra mística anunciada en las profecías, “y al tercer día resucitará”, pero lo más probable es que tardase mucho más en tener condiciones físicas suficientes para moverse de la cama donde lo curaban, amén de que se serenase la alarmante situación que les hizo esconderse a sus discípulos, por lo que dudo que sus temores se desvaneciesen en tres días. Tampoco Jesús podía aparecer en público tan pronto, porque lo habrían apresado y ejecutado de nuevo, aunque la deformación del rostro dificultaba el ser reconocido en un principio; pero esto es hablar por hablar.

 

C.- LOS PASOS DE JESÚS TRAS SER APEADO DEL MADERO.

Hay muchas historias divulgadas entre los pueblos con los que convivió Jesús después de ser salvado: Con las tribus kurdas al este de la actual Turquía. En la frontera entre Turquía y Siria, en Niribis, desde donde marcha hacia el nordeste después de encontrarse con Tomás su discípulo, a quien se vio obligado a vender para que se cumpliese la voluntad divina de partir hacia la India. Allí Tomás promovió un apostolado de muchas conversiones selladas con un ungimiento de oleo; celebrando la eucaristía con pan y un vaso de agua; le llamaban el mellizo por su gran parecido con el Maestro, a pesar de ser unos diez años más joven. Hay varios lugares, a lo largo de la antigua ruta de la seda, en los que se señala que Jesús y su madre, que lo acompañaba, tuvieron su residencia temporal. En Éfeso se encuentra una de las casas de María. En la ruta hasta Cachemira que duró dieciséis años desde su sacrificio, cruzó Persia, Afganistán y Paquistán.

A lo largo de su recorrido adoptó nombres diferente: en Cachemira fue conocido por Yuz Asaf-Haz, Rat, Isa o curador de leprosos, quienes una vez sanadas sus llagas eran llamados Asaf, los purificados; Yuz significa algo así como conductor, caudillo, luego Yuz Asaf significaría “conductor de los curados impuros”. Con ese nombre Jesús pasaba desapercibido ante sus enemigos que lo buscaban para entregarlo; pasó por Mashag donde visitó la tumba de Sem, hijo de Noé. Hay manifestaciones y escritos que aseguran que Jesús y Yuz Asaf eran la misma persona; también hay regiones que llevan este nombre en recuerdo de su paso por ellas. Junto a Tomás fue invitado por el rey Gundafor de Taxila, hoy Pakistán, quien se convirtió en devoto cristiano. En su camino hizo muchos milagros y a unos setenta km. de Taxila existe una aldea llamada Marí, en la frontera de Cachemira, donde se venera una tumba con el nombre de Mai Marí de Asthan, que significa “lugar de descanso de la madre María”. Hay claros indicios de que cuando Jesús y su comitiva llegaron a ese lugar, María, que estaba muy cansada de viajar y con más de setenta años, falleció. Esa tumba, que también tiene orientación Este-Oeste, ha sido reconocida como lugar sagrado y confirma esta hipótesis el hecho de que no se haya  localizado la tumba de María en ningún otro lugar del mundo, aunque la falaz doctrina romana lo justifica con el hecho sobrenatural de que ascendiera al cielo.

La venerada y acreditada tumba de María se encuentra ubicada en el monte Pindi Point, próximo al pueblo y junto a la frontera de Cachemira, conocida como el Paraíso o Cielo en la Tierra y dentro de una zona militar de acceso prohibido. Por la historia de esta región la tumba no se la puede considerar hindú ni musulmana, pero en la conquista islámica de la región, en el siglo VII, fue la única edificación respetada por los musulmanes en sus fanáticas destrucciones, ya que para el Islán, Jesús (Issa) es uno de los más grandes profetas. Existe una ruta de 170 km. entre Mari y Srinagar, donde se halla la registrada tumba de Jesús. A unos 40 km. de esta ciudad, entre Naugam y Nicmag, en un amplísimo valle se encuentra el Prado de Jesús, nombre dado por los descendientes de los que colonizaron aquel lugar en el 722 a.n.e. Son hijos de Israel que viven como pastores y afirman que Jesús predicó en ese prado.

Una carta del rey hindú Misdai, en el sur de la India, dice que el apóstol Tomás prosiguió sus trabajos como misionero, convirtiendo a muchos adeptos antes de caer en desgracia y morir como mártir. En el 1295, cuando Marco Polo regresó de la India después de 25 años en el lejano oriente, trajo la noticia de que en la costa oriental, al sur de aquel país, vivían cristianos que veneraban la tumba del apóstol Tomás; aquellos cristianos utilizaban la tierra teñida de rojo por la sangre del mártir para curar; también dijo Marco Polo que en Malabar, Trakancore-Cochin, en la costa sur oeste, había cristianos cuya doctrina se remontaba a tiempos muy lejanos. Tertuliano mencionó a la India como uno de los pueblos fieles a la doctrina de Cristo; en los siglos III y IV se consideraba a la India entre los países cristianos y en el concilio de Nicea el 325 participa por primera vez el obispo Juan de toda la Persia y la Gran India.

La tumba de Tomás estuvo en Milapore, Madras, hasta que en el siglo IV fue trasladada a Odesa. En el año 1601 el gran mongol indio Akbar hizo su entrada triunfal en la ciudad de Fathpur Sikri y para celebrar el evento ordenó cincelar en el lado izquierdo del pórtico de la mezquita una frase de Jesús, que la debió encontrar cercana a sus propias ideas y pensamientos, que decía: El mundo es un puente, cruzadlo pero no os instaléis en él. En el ala norte de la mezquita hay cincelada otra frase con similar significado, que dice: El mundo es una casa soberbia, toma esto como una advertencia y no descanses en ella.

La vida de Jesús en la India se popularizó gracias a los testimonios del Corán que dicen: Jesús no murió en la cruz, sobrevivió a la crucifixión y después vivió en un venturoso valle (sura 4.157). Allá les ha sellado el corazón por haber dicho: Nosotros matamos al mensajero de Allá, al ungido hijo de Marian, pero aunque así lo creyeron no lo mataron ni lo crucificaron y quienes discrepan sobre él solo siguen conjeturas, pues con toda certeza no lo mataron. En 5.75 dice: El Mesías hijo de Marian es un ministro del Altísimo y otros enviados lo precedieron. En 11.81 dice: Hemos dado a Jesús, hijo de Marian, signos manifiestos de su misión y lo hemos fortificado con el espíritu de la santidad. En 4.171 dice: Los que habéis recibido las Escrituras no sobrepaséis los límites de la fe; decid a Dios siempre la verdad; Jesús es el hijo de Marian. No digáis que hay una trinidad en Dios; Él es único, se basta a sí mismo. En 9.30-31 dice: Jesús no murió en la cruz y los judíos fueron víctimas de un engaño. En 23.50-52 dice Allá, Yo ofrecí a Jesús y a su madre a la admiración del universo; los hemos llevado al lugar de paz por donde corre el agua pura y sí, ese lugar se ajusta plenamente a Cachemira. En 23.91 dice: Allá no ha tomado hijo alguno ni hay con Él ningún dios, porque si así fuera se dominarían unos a otros.

Es imposible que Dios hubiera permitido la muerte de Jesús en la cruz por ser esta una muerte maldita, indigna de él. Según esta afirmación teológica la doctrina romana nunca debería haber incluido como dogma de fe la muerte de Jesús en el madero; pero sin muerte no hay resurrección ni hay Cristo, que fue el engañabobos. Nunca deberían haber incluido esos atributos en su doctrina y menos aún en la persona de Jesús, que había sido un justo, pero la obsesión por cuadrar el círculo de sus infinitas ansias de poder les hizo cometer muchos errores que, sobre darse cuenta hace miles de años, no los han reparado porque desprecian la dignidad de sus fieles. Espero que algún día paguen por el mal que han hecho a la humanidad con sus engaños.

Volviendo a la muerte de Jesús en Cachemira a una edad avanzada, quizás bien cumplidos los cien años, esto es setenta y más después de la crucifixión; su existencia debió dejar un amplio rastro de tratados, libros y recuerdos en la memoria popular y a través de evidencias. A pesar de que las escrituras hindúes de la antigüedad eran refractarias a incluir en su cultura influjos exteriores, existen relatos que narran la llegada de Jesús a la India luego de su crucifixión y huida del país de los mlechas y se hallan en el tomo 9 de los 18 que componen “La Purána”, cuyo título es Bhavisya purana,

En la restauración del templo de Salomón en el monte Barehmooleh el siglo I, con 1000 años de antigüedad, se grabaron en los muros de la caja de la escalera cuatro inscripciones en persa antiguo cuyos textos son: El constructor de esta columna el año 54, el humildísimo Bihishti Zargar, recibió el encargo de Khwaja Rukun, hijo de Murjan, cuando Yuz Asaf proclamó su misión profética. Yuz Asaf es Jesús profeta de los hijos de Israel. Los otros escritos hindúes dicen: Durante el reinado de Gopadadatta llegó Yuz Asf procedente de Tierra Santa a este valle y anunció que él era el profeta; él bendijo las alturas de la devoción y de la virtud, siendo él mismo mensajero de Dios, día y noche. El hizo que el pueblo de Cachemira pudiera llegar a Dios; los llamó hacia sí y lo creyeron. Él en verdad es Hazrat Isa, el Espíritu de Dios, la paz y el saludo de Dios esté con él. El verdadero saber es con Dios, él pasaba su vida en este valle y la luz de la profecía irradia del sepulcro del profeta. Se conocen 21 documentos históricos distintos o más, que certifican su presencia en Cachemira.

Es posible que Jesús asistiera al concilio de Harán, donde el budismo se convirtió en religión popular; quizás también al concilio de Cachemira y participara en él, ya que las reformas decididas allí coinciden mucho en su contenido con la doctrina de Jesús. Muchas narraciones legendarias transmitidas desde la antigüedad por tradición oral, que tienen referencias de Jesús en Cachemira, están recogidas en obras de escritores hindúes como Rajá Tarangini. En esta obra se habla de un beato, Isana, que realizó milagros muy similares a los que hizo Jesús; por referencias y por la época en que existió se cree que aquel santo Isana fue Jesús. También Fátima Al-Zahra, una pariente del profeta Mahoma reveló una expresión verbal del Profeta, según la cual Jesús habría alcanzado a vivir nada menos que 120 años, pero no hay pruebas antropológicas ni históricas que lo confirmen, aunque se sabe que algunos santos ascetas tibetanos han vivido entre 130 y 150 años o quizás más.

El gran historiador Shaik Al-Sa-id-Us-Sadiq fallecido en Curasan el 962, describió en Ikmal Ud Din los dos viajes de Jesús a la India y su muerte en Cachemira como Yuz-Asaf. Esta obra contiene un extracto de sus enseñanzas que son un símil de los Evangelios, por ejemplo: Hombres, escuchad mis palabras: Un sembrador salió a sembrar; las semillas son las palabras de la sabiduría. Cachemira fue el país más lejano donde predicara y allí lo sorprendió el final de su vida. Abandonó el mundo y dejó su herencia a un discípulo que lo servía y exhortaba llamado Abadid, que decía: encontré un ataúd digno y lo he adornado, traje lámparas para el moribundo; también recordaba de Isa esto: He reunido al rebaño con la verdadera cara, el que estaba disperso y al que me habían enviado; ahora tomaré aliento con mi ascenso del mundo, separándose mi alma del cuerpo. Observad los mandamientos que os han sido dados y no os desviéis de la senda de la verdad, agradecidos debéis aferraros a ella y dejad que Abadid sea vuestro conductor. Después ordenó a Abadid que despejara el lugar para él, extendió sus piernas y se acostó; luego giró su cabeza en dirección al norte, volvió su cara hacia el este y de esta manera tan natural murió Jesús, Yuz Asaf, el Cristo que veneran los católicos como Dios. Aquel lugar, su sepulcro, se encuentra en el centro de la ciudad de Srinagar y al lado se construyó un edificio de piedra que se llama Rozabal, abreviatura de Rauza Bal o tumba de un profeta. En el pasillo que conduce a la cámara mortuoria se lee una inscripción en la cual se informa que Yuz Asaf llegó hace muchos años al valle de Cachemira y que su vida estuvo destinada a pregonar la verdad.

Su sarcófago tiene una orientación este-oeste, lo que demuestra que no le corresponde a un santo islámico, porque sus tumbas tienen orientación norte-sur, tampoco a una hindú ya que son incinerados. Por unas y otras pesquisas y pruebas referenciales, llegamos a la conclusión inequívoca de que en ese lugar se encuentra la tumba de Jesús; venerada por miles de creyentes budistas, hindúes, musulmanes, cristianos y de otras creencias que peregrinan cada año hasta ella.

Los herederos de los antiguos israelitas, las tribus perdidas que Jesús fue a buscar, mantienen viva la conciencia del verdadero significado de ese sencillo sepulcro llamado Haz-rat Isa Sahib: El Señor Maestro Jesús. El año 112 se levantó un edificio sobre esa tumba y desde entonces es custodiado por guardianes especiales, cuyo cargo se hereda de padre a hijos y de hijos a nietos sin interrupción. El año 1766 se documentó la identidad de esta tumba con la siguiente esquela oficial. “Aquí yace Yuz Asaf, el que vino como profeta a Cachemira en la época del rey Gapadatta, quien reconstruyó el templo de Salomón. Él predicaba a la gente, declaraba su unidad con Dios y fue un legislador para este pueblo; desde entonces la tumba es visitada y venerada por reyes, altos dignatarios de los estados, funcionarios públicos, creyentes  y gentes de todas las religiones.

Los libros, narraciones y escritos salidos de las investigaciones realizadas desde hace varios siglos, no enseñan al lector cómo valerse con los conocimientos adquiridos, dejándoles vía libre, sobre todo a los cristianos creyentes, para dudar de los fundamentos establecidos por la I.R., que son la fugacidad de la muerte y el perdón de los pecados, gracias al martirio purificador de su Cristo salvador. Si se desarmara la divinidad de Jesús en base a que no hubo muerte en la cruz, ni resurrección ni ascensión a los cielos, se desmoronarían los fundamentos en los que se basa la fe cristiana, atribuidos o ideados por Saulo de Tarso, porque ni el Maestro ni sus apóstoles predicaron la doctrina de la salvación como fue establecida por la I.R., haciendo suyos los supuestos doctrinales de Saulo o sus mentores, cuyas enseñanzas se basan en que Jesús murió para liberar de los pecados a la humanidad y librarnos de Satanás con el sacrificio y derramamiento de su sangre; sin mencionar en sus cartas ni epístolas una sola cita de las enseñanzas de Jesús en sus sermones o en sus parábolas.

La represiva doctrina romana, a través de Saulo, se limitó a intimidar con sus arengas balsámicas y a divulgarlas de manera autoritaria. Cómo puede un alumno ensalzar hasta la divinidad a un maestro sin describir uno solo de sus principios doctrinales? Veamos algunas de sus seducciones, contrarias a las enseñanzas de Jesús: Todos los seres humanos somos hijos de la ira por propia naturaleza y vivimos bajo la cólera de Dios (Ef.2.3). Todos estamos condenados sin Dios y sin esperanza, porque Satanás tiene poder sobre todos sin excepción y en consecuencia existe una sentencia condenatoria de Dios sobre toda la humanidad (Ro.3.9 y 5.18; Cr.15.18 y Ef.2.12). Saulo transforma los mensajes de regocijo en amenazas, no ofreciendo más salidas que las que él señale y enfatizando en que la muerte es el resultado del pecado. Los escritos a él atribuidos tienen como fin principal inculcar en los creyentes el temor a la muerte, la doctrina del miedo, bajo cuyas amenazas los cristianos se dejaron avasallar sin más esperanza que la asunción de sus fanáticos mandatos.

Saulo proclama al Dios de la venganza, todo lo contrario a Jesús, que siempre confió en el  perdón del Padre y en Su misericordia. Otra de sus retóricas doctrinales aciagas fue negar la salvación del alma gracias a las buenas acciones, porque el hombre jamás podrá ser reconciliado con Dios, justificado o redimido, si no es por su Cristo (Ro.3.24; 3.28; 9.11 y 9.16; Co.1.29 y Gl.2.16). Según Saulo, mediante la fe borreguil podemos ser salvados, podemos alcanzar la gracia de Dios, pero nunca con obras, para que nadie se jacte. También en Ro.3.25; 4.16, Ef.2.5, 2.8-9, 2Ti.1.9 y Tit.3.5-7 dice que la redención es un acto de divina misericordia, no pudiendo influir nadie con sus actos para lograrla.

Para generar una salvación tajante ningún esfuerzo propio será válido, solo la conversión al cristianismo, porque todo cristiano ha sido redimido de una vez y para siempre gracias al martirio de Jesús en la cruz. Según esta señal con solo afiliarse a esa organización y abonar la cuota social tienes garantizado un lugar de honor en el paraíso para toda la eternidad; juzguen Vds. mismos esta manera fácil, sencilla, engañosa y confiada de lograr ese privilegio; así han llenado las iglesias de adeptos y las arcas de dinero y poder con tanta facilidad.

Al hilo de estas exigencias paulinas para alcanzar la salvación, traigo de nuevo el acto de fe del Papa Juan XXIII publicado en L´Observatore romano el 02-07-1960 que dice: La salvación completa de la raza humanase se efectúa a través de la sangre de Jesucristo y su muerte no es esencial para tal fin; una cosa y la contraria dentro de la misma doctrina. Es muy grave que la I.R. haga suyas las tretas  dogmáticas de Saulo porque muchas son heréticas y veamos: Cualquier forma de colaborar en la redención con el propio esfuerzo es tenido como pecado mortal, por ser un intento de reducir los méritos de Jesús y corromper la auto redención; por el contrario, quien no acepte el martirio de la cruz como vía de salvación estará perdido y no importará lo justa y piadosa que haya sido su vida.

Por todo lo dicho reitero que el paulinismo y la doctrina romana que le hizo suyo, son opuestos a lo que predicó Jesús: Ni en el sermón de la montaña, ni en sus parábolas, hace referencia a ese credo de la redención y jamás hubiera relacionado su martirio con la salvación humana. El camino de la salvación que enseña Jesús está enlosado con una compasión y amor ilimitado al prójimo; sin prejuicios y con una gran capacidad y voluntad para sobrellevar el dolor ajeno.

No voy a comentar, porqué me parece banal, la influencia budistas de la reencarnación en varias vidas sucesivas, asumida en las primitivas comunidades cristianas hasta que en el concilio del año 553 en Constantinopla se declaró herética; pero sí dejaré constancia del hecho significativo de que no se produjera la resurrección que dogmatiza la I.R., aunque ello no debería rebajar ni un ápice la fe en los mandatos del Maestro con la verdad de su existencia, con los escasos y  paradójicos conocimientos de sus obras.

Me han complacido los consejos dados por Holger Kersten en el tratado: Jesús murió de viejo, a los devotos y practicantes de la doctrina cristiana para que sean valientes y se desenganchen de los dogmas que muchos investigadores, filósofos, teólogos y eruditos han demostrado que son falsos.

Después de haber cerrado el tratado filo-teológico contenido en la primera y segunda parte de La Atalaya, con el que propugno el inicio de la revolución teológica más trascendental que haya sufrido jamás la humanidad, basada en las consignas e intuiciones recibidas del poder absoluto; después de este embarazoso y afanado trabajo guiado por su larga y sabia mano, soldado a mi escepticismo natural y a la persuasión por el esclarecimiento de la realidad de los hechos, quise analizar en profundidad los tratados más respetados por ciertos hombres sabios de la antigüedad hasta épocas recientes y muy en particular por los analistas de los manuscritos del Mar Muerto, atribuidos a la secta esenia y hallados dentro de tinajas de barro en las cuevas de Qumran, en un solar próximo a donde existió un monasterio de esta secta, mandado destruir por el rey asesino Herodes el Grande o quizás pacto de las llamas.

Los estudios e investigaciones que me han aportado mayor grado de fiabilidad han sido los referentes al rescate y salvación de Jesús de una muerte segura en el madero, la cura de sus heridas y el posterior viaje a Oriente, llegando hasta los frondosos valles de Cachemira, donde murió a la supuesta edad de 125 años o más y siendo enterrado en el lugar llamado Roza Bal, en el centro de Srinagar, capital de Cachemira. He extraído estas informaciones de estudios bibliográficos de gran solvencia, ya referidos en apartados anteriores y de razonados retazos investigados por escritores escépticos a la venerada y temida mundialmente doctrina romana. Los análisis consultados se basaron a su vez en una amplísima bibliografía de expertos que recelaron de esa doctrina, de sus falsos argumentos, de sus principios contrarios al sentido común, unidos al desinterés por investigar las referencias y hábitos históricas en el lejano Oriente, a negar todo hecho o hallazgo por muy notorio que se creyese y en definitiva: la soberbia fanática de quien sabe que sus postulados están asentados sobre revelaciones falsas.

Las jerarquías romanas saben que están engañando a la humanidad y buena prueba de ello fue el acto de fe transmitido por el Papa Juan XXIII a todos los obispos el 02-07-1960, ya referida en las entregas primera y segunda. A pesar de que los investigadores, filósofos y teólogos obligaron a la más alta jerarquía de la I.R. a rectificar en sus fundamentos dogmáticos, continúa todo igual, después de 58 años de aquel anuncio y de haber regido la magna institución cinco papas.

Al cierre de esta entrega resumida, debo añadir que detrás de las intuiciones y consignas recibidas del poder absoluto ha estado mi voluntad en esclarecer la verdad; sin más respeto a dogmas, preceptos ni principios que el que emane de mi fe ciega en el único Dios y Padre; desbrozando de falsedades y artificios interesados los tejidos doctrinales, en todo aquello que adultere la verdadera ley de Dios, del entendimiento y de la racionalidad humana recibida de Él.