¿Por qué abres en dos mis madrugadas y cubres mis descansos de pesares? ¿Por qué traes a mi recuerdo esos lugares, donde las gentes viven acosadas? ¿Por qué pintas de sangre sus moradas y vistes de negro mis altares? No comprendo, Señor desconocido, que cada noche vengas a mi lecho cuando aún mi cansancio no…